La Secretaría de Energía estableció los niveles mínimos de eficiencia energética para acondicionadores de aire de uso residencial, con el objetivo de que cumplan con los estándares de uso racional y eficiencia energética.
Mediante la Resolución 814/2013, publicada hoy en el Boletín Oficial, se fijaron los niveles de consumo energético para los equipos acondicionadores de aire de capacidad de refrigeración menor o igual a siete kilovatios (7 kW), que "son los mayoritariamente utilizados en el sector residencial, siendo su participación en el total del mercado cercana al 99%".
Estos equipos deberán ajustarse, desde abril de 2014, a la clase B de eficiencia energética en modo refrigeración y clase C de eficiencia energética en modo calefacción; y para abril de 2015, a la clase A de eficiencia energética en modo refrigeración.
Los acondicionadores de aire correspondientes a una clase A de eficiencia energética consumen alrededor de 12 por ciento menos de energía que un equipo clase C y un acondicionador de aire clase B consume aproximadamente 6 por ciento menos de energía que un equipo clase C de eficiencia energética, según la normativa que lleva la firma del secretario Daniel Cameron.
Asimismo, en lo que respecta al consumo de energía en modo calefacción, un acondicionador de aire correspondiente a una clase C de eficiencia energética consume alrededor de 12 por ciento menos de energía que un equipo clase D.
Actualmente, cerca de 49 por ciento de los modelos de acondicionadores de aire ofertados en el país se concentran en la clase de eficiencia energética C en modo refrigeración.
La participación de equipos que cuentan con modo calefacción alcanzó alrededor de 38 por ciento del total de modelos certificados en 2012, de los cuales 40 por ciento corresponde a las clases de eficiencia energética D y E.
En tanto, la participación de las clases de eficiencia energética A y B en modo refrigeración representan aproximadamente 30 por ciento y 60 por ciento de las unidades ofertadas, respectivamente; y en modo calefacción 27 por ciento de las unidades ofertadas corresponde a equipos acondicionadores clase D, mientras que el 73 por ciento restante se concentra en las clases de eficiencia energética A, B y C.
La normativa establece el plazo de adecuación indicado por la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE), que calcula que el lanzamiento de nuevos modelos requiere de 12 a 17 meses.
Mediante la Resolución 814/2013, publicada hoy en el Boletín Oficial, se fijaron los niveles de consumo energético para los equipos acondicionadores de aire de capacidad de refrigeración menor o igual a siete kilovatios (7 kW), que "son los mayoritariamente utilizados en el sector residencial, siendo su participación en el total del mercado cercana al 99%".
Estos equipos deberán ajustarse, desde abril de 2014, a la clase B de eficiencia energética en modo refrigeración y clase C de eficiencia energética en modo calefacción; y para abril de 2015, a la clase A de eficiencia energética en modo refrigeración.
Los acondicionadores de aire correspondientes a una clase A de eficiencia energética consumen alrededor de 12 por ciento menos de energía que un equipo clase C y un acondicionador de aire clase B consume aproximadamente 6 por ciento menos de energía que un equipo clase C de eficiencia energética, según la normativa que lleva la firma del secretario Daniel Cameron.
Asimismo, en lo que respecta al consumo de energía en modo calefacción, un acondicionador de aire correspondiente a una clase C de eficiencia energética consume alrededor de 12 por ciento menos de energía que un equipo clase D.
Actualmente, cerca de 49 por ciento de los modelos de acondicionadores de aire ofertados en el país se concentran en la clase de eficiencia energética C en modo refrigeración.
La participación de equipos que cuentan con modo calefacción alcanzó alrededor de 38 por ciento del total de modelos certificados en 2012, de los cuales 40 por ciento corresponde a las clases de eficiencia energética D y E.
En tanto, la participación de las clases de eficiencia energética A y B en modo refrigeración representan aproximadamente 30 por ciento y 60 por ciento de las unidades ofertadas, respectivamente; y en modo calefacción 27 por ciento de las unidades ofertadas corresponde a equipos acondicionadores clase D, mientras que el 73 por ciento restante se concentra en las clases de eficiencia energética A, B y C.
La normativa establece el plazo de adecuación indicado por la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE), que calcula que el lanzamiento de nuevos modelos requiere de 12 a 17 meses.