Chicle: Aunque toda la vida te hayan dicho lo contrario, el chicle ayuda a eliminar restos de comida y estimula la producción de saliva, lo cual aumenta la neutralización de ácidos y repone los minerales que pierde el esmalte. Eso sí, que sea sin azúcar.
Verduras crocantes: las zanahorias, apio y rábanos. Los vegetales crujientes ayudan a quitar de los dientes las partes pegajosas de otras comidas que provocan manchas en la dentadura.
Manzana: Un mordisco de esta fruta equivale a un cepillado completo. Son excelentes para limpiar la placa, pulir dientes y encías. Además, también aumentan la producción de saliva, lo que protege tu salud bucal.
Queso: Acelera la neutralización del ácido y la reposición de minerales en el esmalte dental, lo que te garantiza una menor decoloración. Además, tiene un alto contenido de calcio y fósforo, nutrientes benéficos para tus dientes.
Jugo de limón: Tiene propiedades antioxidantes. Mezcla una cucharadita de su jugo con una pizca de sal o bicarbonato de sodio y frótalo sobre tus dientes, pero sólo esporádicamente.
Siempre es recomendable hacer una visita al dentista que es el profesional de la salud de nuestros dientes, además es fundamental cepillarse varias veces al día luego de cada comida, y llevar una alimentación variada y completa. Evitar el picoteo, comer una fruta o una hortaliza a mordiscos de vez en cuando y evitar hábitos perjudiciales, como el tabaco o el café en exceso, favorecerá una dentadura sana y con buen aspecto.